España se movió entre los primeros países para garantizar la seguridad de los vapeadores, con un decreto del Ministerio de Salud que estableció que la venta de cigarrillos electrónicos y sus productos a menores de 16 años está prohibida, para evitar que los cigarrillos electrónicos se usen para empezar a fumar y por la incertidumbre de los efectos nocivos, también escribiendo los símbolos de toxicidad en las etiquetas de los productos.
La Unión Europea, a diferencia de otros países, como por ejemplo Estados Unidos, cuanto a los vaporizadores y al vapear, ha ofrecido siempre al consumidor una mayor seguridad y control de los productos. Por ejemplo aumentó la dosis de seguridad en 2014, agregando precauciones adicionales, en particular:
– en el paquete debe haber un cierre de seguridad para niños, de modo que sea a prueba de manipulaciones bebeca;
– los ingredientes de los líquidos deben figurar en la etiqueta y se debe garantizar su calidad;
– si hay posibles daños a la salud y sustancias tóxicas, estos datos deben informarse no solo en la etiqueta de los productos, sino también en el prospecto ilustrativo;
– se debe eliminar la posibilidad de fugas de los líquidos de las recargas, tanto en la fase de recarga como en la fase de inhalación, incluso si se hace mientras se está acostados;
– todas las indicaciones deben darse para un uso consciente del cigarrillo electrónico. En cumplimiento de estos dos requisitos, el paquete de Terpy tiene un disco antiperdidas, un obturador de seguridad y un destornillador, a mayores de las otras piezas como por ejemplo la boquilla.