Cambiado el: 22/05/2024
Todo lo que quieres saber sobre las reacciones del cuerpo causadas por el humo del cigarrillo
Fumar es malo y todos estamos de acuerdo en ello. Lo que probablemente no esperes es experimentar algún tipo de reacción alérgica precisamente a causa del tabaco.
Sí, la alergia a la nicotina no es un tema muy discutido, a diferencia de otros efectos nocivos de los cigarrillos, que han sido discutidos abiertamente durante años.
Pero ¿por qué, si una buena parte de fumadores presenta síntomas de reacción alérgica relacionados precisamente con el acto de fumar?
¿Cómo entender si puedes tener alergia a la nicotina? ¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas mayormente relacionados con una presunta alergia a la nicotina son:
- dolor de garganta;
- dolor de cabeza;
- náuseas;
- diarrea;
- ojos hinchados;
- tos persistente;
- sinusitis;
- el asma;
- rinitis;
- labios agrietados;
- piel enrojecida.
Estas quejas también parecen estar asociadas al uso de chicles y parches de nicotina para dejar de fumar.
¿Pero se trata entonces de una alergia a la nicotina?
Más que una alergia, suele definirse en los círculos médicos como una interacción con otras formas de alergia. De hecho, no existe la alergia a la nicotina como tal.
Lo que parece ocurrir es una especie de agravamiento de los síntomas de otra alergia, muy probablemente la del níquel.
Tal vez no sepas que el tabaco -y los cigarrillos en especial- contienen un sinfín de metales, como el cadmio, el cromo y, adivina, incluso el níquel.
Entonces, aunque no exista una alergia a la nicotina, no hay nada raro en experimentar sintomatologías de reacción alérgica después de empezar a fumar y durante todo el periodo en que lleves esa mala costumbre.
Además, que sepas que también la exposición al humo ajeno puede contribuir al empeorar de los síntomas. Si no puedes evitarlo, trae por lo menos una mascarilla quirúrgica para limitar la inhalación.
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Si la alergia a la nicotina no existe, ¿cómo puedo saber si es esa la causa de mis síntomas?
Como decía, en contexto médico no existe una alergia a la nicotina, ni se menciona cuando se habla de los efectos nocivos que puede desencadenar.
Sin embargo, muy a menudo los pacientes manifiestan síntomas típicos de la intolerancia a alguna sustancia. Si te encuentras en esta situación, puedes considerar la posibilidad de hacer un análisis de las sustancias químicas del tabaco.
Lo mismo ocurre si has experimentado reacciones extrañas a la aplicación del parche de nicotina. En este caso, se añade la posibilidad de que sea el pegamento el que te cause problemas y no la nicotina en sí.
En cualquier caso, sin embargo, es muy fácil averiguar qué sustancia no toleras bien, mediante un examen de alergia y las pruebas correspondientes.
Visita a tu alergólogo de confianza -o que te recomienden uno- y explícale la situación. Es casi seguro que te hará el llamado prick-test, una prueba muy útil para saber qué sustancias crean una respuesta anormal de anticuerpos. Se trata de esto.
En pocas palabras, el médico dibujará una cuadrícula en tu antebrazo, marcando cada casilla con un número. Después, aplicará gotas que contengan las distintas sustancias que se van a probar, prestando mucha atención a la correspondencia entre el número de la porción de piel y la sustancia aplicada. Al final de la fase de prueba, procederá a pincharte superficialmente en correspondencia con cada gota, asegurándose de que una pequeña parte penetre en el tejido.
Ahora sólo queda esperar. En el mejor de los casos, no observarás ningún cambio en tu piel. Sin embargo, si una de esas sustancias te provoca una reacción cutánea, será muy fácil darse cuenta: el cuadrado correspondiente mostrará enrojecimiento e hinchazón, revelando así una alergia a la sustancia aplicada.
¡Ahora sólo tienes que hacer todo lo posible para mantenerte alejado!
¿Y si la prueba de pinchazo no diagnostica nada, pero tú sigues teniendo síntomas?
En ese caso, hay otra condición que debes considerar: la intoxicación por nicotina, o sobredosis.
Los síntomas de la sobredosis de nicotina son muy similares a los de la presunta reacción alérgica. En concreto, pueden incluir:
- taquicardia;
- dolor abdominal;
- náuseas y vómitos;
- frío;
- convulsiones.
En este caso también, la intoxicación podría ser causada por el acto de fumar, pero no por la presencia de nicotina. De hecho, parece que los médicos vuelvan a asociar este tipo de molestias con la intoxicación provocada por las sustancias químicas y tóxicas que contiene el tabaco en grandes cantidades y, aún más, de los cigarrillos.
También ten en cuenta que hay patologías, como la rinitis, que exponen al paciente -más sensible- a experimentar este tipo de problemas.
También hay algunos síntomas de sensibilidad al tabaco que suelen asociarse a la intoxicación por níquel, como labios agrietados, ojos hinchados, dificultad para respirar y piel enrojecida. Para reiterar, fumar pone a nuestro cuerpo en condiciones de asimilar grandes cantidades de este metal, que es absorbido por los pulmones y luego liberado en el flujo sanguíneo.
Si tienes alergia al níquel y fumas, probablemente te estarás preguntando hasta qué punto puedes seguir haciéndolo sin intoxicar tu cuerpo.
A la vista de lo que acabas de leer, seguramente te imaginarás que considerar dejar de fumar es, sin duda, la mejor opción que puedes tomar para salvaguardar tu salud.
Sin embargo, dejar de fumar -y los que lo han intentado lo saben bien- no es sólo una decisión que hay que tomar, sino sobre todo que hay que mantener. No es fácil y las tentaciones pueden ser muchas. Una cerveza con los amigos, un café que atrae naturalmente la nicotina… en fin, no siempre es como dar un paseo.
Sin embargo, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir por lo menos tu exposición al humo, mientras esperas a dejar de fumar por completo.
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¿Cómo puedo reducir la exposición a la nicotina?
Por supuesto, lo mejor que puedes hacer es, sin duda, intentar dejar de fumar. Incluso si no lo consigues, seguro que reducirás mucho la cantidad de nicotina y níquel en tu cuerpo. Sin embargo, si logras tu objetivo, ¡te alegrarás de haberlo hecho!
Además, puedes intentar limitar las situaciones que te provocan el deseo de fumar. Con esto también me refiero a no abusar de la ingesta de sustancias que tienden a activar la demanda de nicotina en ti, como el alcohol y el café.
Puedes evitar también las situaciones en las que haya una fuerte exposición al humo ajeno que te haga desear encender un cigarrillo.
Por último, pero no por ello menos importante, quiero decirte que fumar debilita considerablemente tu sistema inmunológico. Por eso sería bueno que pensaras en echarle una mano cuidando de ti mismo y de tu bienestar: considera empezar a hacer ejercicio -si no lo haces ya-, presta atención a la calidad de tu sueño (incluida la cantidad) y asegúrate de llevar una dieta sana, variada y equilibrada.
En conclusión, ¿qué sabemos sobre la alergia a la nicotina?
Hablar de alergia a la nicotina es referirse a la reacción que el acto de fumar provoca en el organismo.
Los síntomas de dicha reacción suelen ser muy similares a las respuestas alérgicas, a pesar de que la medicina nos dice que en realidad la alergia a la nicotina no existe.
¿Qué pasa entonces?
La explicación de las molestias que se manifiestan en relación con el consumo de cigarrillos radica en los componentes químicos y metálicos que contiene en grandes cantidades el tabaco.
Limitar la exposición al humo puede ser una solución, aunque lo ideal sería dejar de fumar.
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